por 
No es ninguna sorpresa descubrir que la bajada de temperaturas hace que las casas estén frías y que pequeños detalles en los que no se repara en verano, ahora empiecen a resultar demasiado fríos como para ser agradables…
¿Un buen ejemplo? El suelo de la casa, sobre todo, si es de terrazo o cerámica. El terrazo o la cerámica son elementos fríos de por sí, pero durante el verano, esa sensación se reduce, debido a las altas temperaturas generales, pero en otoño e invierno…
Una forma práctica de reducir la sensación de frío y de aportar calidez al hogar es utilizando alfombras. Las alfombras de salón son un aislante del frío del suelo, que además, aumenta la sensación de calor en la habitación de forma óptica, favoreciendo la creación de un espacio en el que apetece estar. Por supuesto, sin olvidar, que una alfombra viste el salón aportando un toque de elegancia.
En los dormitorios, las alfombras son esenciales a primera hora de la mañana ¿qué hay más desagradable que apoyar los pies en el frío suelo nada más despertarse? Si se trata de dormitorios infantiles, las alfombras se pueden usar también como espacio de juego, de esta forma se previene la aparición de resfriados y catarros como consecuencia de jugar en el suelo.