El momento de cambiar de cuna a cama es uno de los más importantes para los niños, que dejan atrás su cuna de bebé, para empezar a dormir en una cama de niños mayores; sin embargo, también es uno de los más preocupantes para los padres, ya que es un paso importante y, en cierta parte, los niños dejan de tener algunas de las medidas de protección frente a caídas de las que disfrutaban hasta ese momento.
Cambiar de cuna a cama: mejor con sacos nórdicos
Para cambiar de cuna a cama no hay una edad concreta, hay que esperar hasta que el niño tenga la suficiente madurez como para dormir en una cama, aunque para que los padres puedan conciliar el sueño cuando sus pequeños duermen en una cama por primera vez, hay algunos elementos que pueden ayudar, como los sacos nórdicos.
Los sacos nórdicos son un textil similar a una funda nórdica, pero con la ventaja añadida de que pieza encimera y bajera se pueden unir mediante una cremallera con fuelle, lo que hace de este textil un excelente aliado para el momento del cambio de cuna a cama.
¿Por qué los sacos nórdicos están indicados al cambiar de cuna a cama?
Al cerrar la cremallera, el niño queda protegido y tiene una referencia, además, gracias a ella, se evita que el pequeño se destape por mucho que se mueva. Porque sís, aunque la cremallera con fuelle de los sacos nórdicos sirve para que no se destapen y queden más aislados y protegidos, no limitan sus movimientos durante el sueño.
Hacer la cama con un saco nórdico es un fácil y rápido, tanto que muy pronto serán ellos solos quienes podrán encargarse de esta tarea, así podrán alcanzar un hito más en su autonomía.
Y, por si fuera poco, existen un sinfín de modelos y diseños estampados en los sacos nórdicos, con colores y dibujos muy originales, pero también con los personajes preferidos de los niños, así que les costará menos el cambio cuando vean elementos conocidos en su nueva cama.