¿Por qué pensamos en el verano como la estación del calor cuando en la segunda mitad las temperaturas empiezan a ser más bajas y el clima más inestable? De hecho, uno de lso primeros indicios del final del verano es que las noches empiezan a ser más frescas.
Después de las calurosas noches veraniegas, se agradecen las noches frescas de final de verano en las que se duerme mucho mejor. Aunque si nos descuidamos, puede que una noche demasiado fresca se convierta en el primer paso para sufrir un resfriado estival.
Imprescindibles para noches frescas de final de verano
Que las noches en verano sean más frescas durante los últimos días de agosto y en sepptiembre, no quiere decir que todas las noches vayan a ser igual de frías, o que toda la noche vaya a ser igual de fresca, de hecho, lo normal es sentir frío tiempo después de empezar a dormir, e incluso ya de madrugada.
Un buen juego de sábanas de algodón y con una colcha de entretiempo puden ser dos elementos imprescindibles para noches frescas de final de verano, aunque también puede ayudarnos a combatir el frío un prácttico plaid de cama, una prenda muy versátil y de lo más recomendable hacia el final del verano.
Si los plaids de cama se consideran imprescindibles para noches frescas de final de verano es porque son prendas ligeras y agradables al tacto, que se pueden echar por encima si las temperaturas nocturnas son algo bajas, y que también se pueden retirar con gran facilidad.
Al ser prendas de dimensiones reducidas, los plaids resultan una solución ideal cuando se comparte cama y uno de los durmientes es más friolero que el otro. Además, existen plaids con diferentes materiales y grosores que se adaptan bien a diferentes climas o, simplemente, a las necesidades concrertas de los durmientes.