El buen tiempo invita a vestir la cama con prendas muy frescas y ligeras, que favorezcan un descanso agradable y fresco y más indicadas a decorar y vestir la cama durante el día que a abriga por las noches. Pero, en noches no muy calurosas, las horas del amanecer las temperaturas bajan… Es en estos momentos cuando contar con un plaid se convierte en imprescindible.
Ideal para quienes son frioleros o para quienes comparten la cama con alguien que no es friolero, los plaid son el mejor aliado para combatir las bajadas de temperaturas que son características de las horas más frescas de la noche.
Olvida el frío con un plaid
Perfectos para tener a mano o para colocar a los pies de la cama, los plaids son una prenda que aporta un extra de abrigo, pero que no agobia ni pesa nada de nada, así que aunque abriga, no resulta molesto.
Los plaids, además, son una prenda que se puede comprar con unas medidas reducidas, ya que está más bien pensado para ser una prenda para una persona, así que se hace la pieza perfecta para cubrirse, incluso cuando se comparte la cama con alguien a quien el frío por las noches no le molesta.
Las dimensiones reducidas del plaid hacen de esta prenda un práctico auxilio incluso para cubrirse los pies o las piernas, sin encontrarse con una prenda demasiado grande que, en definitiva, resulte molesta durante el tiempo de sueño.
Por cierto, con un plaid no solo se tendrá un artículo imprescindible con el que guarecerse del frío en noches frescas, también puede utilizarse durante el día para el sofá, para echárselo por encima durante el tiempo de la siesta o para relajarse leyendo un libro en el jardín.
Que las temperaturas sean elevadas, no quiere decir que todo el tiempo haga calor, la mejor forma de evitar molestos y repentinos resfriados es con un plaid.